La senadora nacional Silvia Giacoppo presentó un proyecto para mitigar los efectos de la contaminación. "En la Argentina, cada habitante desecha alrededor de 55 kilos de plásticos al año", alertó la legisladora jujeña.

En Argentina, según informes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, las fuentes terrestres de contaminación, incluidos los desechos de playa, contribuyen con aproximadamente el 80 % de los residuos plásticos, mientras que el 18 % de ese tipo de residuos encontrados en el ambiente marino se atribuyen a la industria pesquera.

Para intentar mitigar esos efectos, la senadora nacional Silvia Giacoppo presentó una propuesta para prohibir el uso de envoltorios plásticos, papel film y bandejas plásticas o de poliestireno expandido en todas las frutas, verduras y hortalizas cuya cáscara actúe como protección natural, en comercios y supermercados.

"Este proyecto se inscribe en una serie de iniciativas presentadas en el Congreso, en las legislaturas provinciales y en los concejos deliberantes de municipios de todo el país, con el objetivo de disminuir el uso de plástico en nuestra vida cotidiana", explicó la senadora en diálogo con Espacio Radical.

La iniciativa también propone la realización de campañas de difusión y concientización que tiendan a al cumplimiento efectivo de la ley. Además, establece que dicha prohibición comenzará a regir en todo el territorio nacional a partir del primer año de su sanción.

"No podemos dejar de señalar que en la Argentina, cada habitante desecha alrededor de 55 kilos de plásticos al año", expresó.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo se transforma en basura más de 400 millones de toneladas de plástico, de las cuales se estima que solo se recicla el 9%.

"Son bien conocidas las imágenes de toneladas de plástico contaminando las costas, los ríos y los mares del mundo, como si estos fueran un eterno agujero sin fin, para ocultar nuestros desechos, lo cual afecta la biodiversidad y nuestro propio futuro como especie", precisó.

Desde 2016, un grupo de investigadores del CONICET detectó un alto índice de contaminación por plástico en los cursos de agua del Paraná, la Laguna Setúbal, cercana a la ciudad de Santa Fe, y en cauces cercanos, con una media de casi 100 botellas por kilómetro sobre las márgenes del río, y grandes cantidades de microplástico de origen secundario.

"Los datos demuestran que los plásticos que antes fueron botellas, bolsas plásticas y restos de telgopor, ahora se reducen hasta fragmentos menores a 5 milímetros y que, en algunos sectores, alcanza las 35.000 partículas por metro cuadrado generando un daños irreparable para los ecosistemas", advirtió Giacoppo.

Su proyecto se puede tomar como parte de las medidas de concientización y dentro del espíritu de la iniciativa internacional denominada “Desnuda la fruta”, cuyo objeto es desterrar los envoltorios excesivos en la comida fresca.

"Esta iniciativa no soluciona la totalidad de un problema de enorme y gravísima magnitud, pero es un escalón más en el camino del cumplimiento con nuestra manda constitucional de dejarles a las generaciones futuras un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano", concluyó.