De ómnibus y colectivos
Nicolás Giri, presidente de UCR Diversidad, analiza por qué la ley que pretende aprobar el Gobierno es un retroceso en materia de derechos. Y plantea cuál sería un buen camino a seguir.
Por Nicolás Giri (*)
Para tener una visión integral es necesario hablar conjuntamente del proyecto de Ley Ómnibus y del DNU, sin olvidar que mientras el primero todavía esta en discusión, el segundo se encuentra vigente mientras no sea rechazado por ambas Cámaras del Congreso de la Nación, algo que no ha ocurrido nunca desde que se estableció en la reforma constitucional de 1994.
En estas normas se habla desde la toga de los jueces y la eliminación del INADI hasta de las indemnizaciones laborales, desde el despido discriminatorio hasta de la desregulación de la venta de medicamentos.
Se busca liberar “la fuerza de los argentinos”, contenida por maraña de regulaciones que -seamos sinceros- es necesario analizar. Sin embargo, no parece razonable ni prudente hacerlo en el marco de dos mamotretos jurídicos que suman más de 1.500 artículos, derogando o modificando cientos de leyes y hasta el Código Civil y Comercial vigente desde 2015.
Hay que desregular. Pero eso sí, cuando se habla del derecho a protestar es otra cosa. Ahí sí vale una regulación cuya consecuencia practica es llegar a criminalizar hasta una reunión espontánea de tres personas (casualmente el mismo numero que prevé el Código Penal para hablar de asociación ilícita).
Todo en nombre de la libertad.
Se eliminan disposiciones y organismos sin informar cómo será el trabajo futuro de las temáticas que abordan. Qué organismos absorben sus funciones, cuáles de esas funciones continuarán como hasta la actualidad y cuáles se modificarán. Caso paradigmático el del INADI. Se deroga la ley que lo crea. Sin mas.
Aparece claro el afán de retroceso en materia de derechos que permiten asegurar el desarrollo de una sociedad amplia, plural y diversa. Las posiciones dogmáticas y extremas que se achacaban al régimen K son aquí imitadas en fuerza y fanatismo, pero en sentido contrario. Un país del péndulo infantil en lugar de la mesura de la madurez.
La Libertad No Avanza con este compendio de normas cuando:
1- Eliminan el INADI, creado en 1995 para ser el órgano rector del cumplimiento de la ley contra actos discriminatorios, que fuera aprobada por unanimidad bajo la presidencia de Raúl Alfonsín. Las acciones e intervenciones del INADI son, en menor medida, por cuestiones relacionadas con el colectivo LGBT+ y, en su gran mayoría, en materia de derechos del colectivo de personas con discapacidad.
2- Cuando un tema tan delicado como la regulación del derecho a peticionar a las autoridades aparece mezclado con otros temas y quieren tratarlo a las apuradas. Quien escribe es parte de un colectivo que ha conseguido muchos derechos caminando juntos en espacios públicos. Lo estamos avisando por todos los medios disponibles: VAMOS A REUNIRNOS, VAMOS A MARCHAR, VAMOS A PROTESTAR.
3- Cuando pretenden hacer una reforma política que no incentiva una representación amplia y hace papel mojado de la Ley de Paridad. El sistema por circunscripción uninominal que proponen barre con las normas de paridad y ha demostrado que solo sirve para consolidar castas, derribando, además, la representatividad de las minorías.
4- Cuando, como hicieron con el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, lo rebajan a subsecretaría con una denominación retrograda, aprovechando las criticas para destruir en lugar de buscar una salida superadora, como fue la experiencia chilena, cuando Michelle Bachelet entregó el gobierno a Sebastián Piñera, quien conservó los organismos procurando una despartidización de discursos y acciones.
5- Cuando, a través de la reforma del sistema de salud, no queda ni expresada ni garantizada la vigencia del Plan Médico Obligatorio (PMO). Tampoco soluciona el tema de las carencias. Eso constituye un daño inminente para miles de personas que necesitan realizar su tratamiento por VIH y otras infecciones de transmisión sexual, en franca violación de la Ley de Abordaje Integral del VIH, Hepatitis Virales, otras ITS y Tuberculosis. Al poner en crisis el PMO, también peligran las hormonizaciones y las prestaciones reconocidas por la Ley de Identidad de Género.
6- Cuando eliminan en los hechos los objetivos fijados en la Ley Micaela al limitar sus capacitaciones. ¿Qué sentido tiene capacitar solo a agentes que estén en los organismos que trabajan en torno a la violencia de género, cuando el objetivo es lograr informar y concientizar a toda la administración pública sobre la temática y su prevención?
7- Cuando buscan desmantelar la producción cultural, que es un eje fundamental para la construcción de identidad y ciudadanía. Las expresiones artísticas más variadas han servido siempre a nuestro colectivo para encontrar formas de encuentro y acercamiento con toda la comunidad, y la visibilización que dignifica y otorga reconocimiento y respeto.
8- Cuando deciden utilizar el lenguaje como posicionamiento político e ideológico antijuridico. Reemplazar “violencia de género” por “violencia contra las mujeres”, como se plantea en la Ley Ómnibus, es dejar en claro que quieren retroceder décadas en el abordaje de la problemática de violencia y de géneros. Hablar de “madres” sin mencionar también a las “personas gestantes” es ir expresamente en contra de la Ley de Identidad de Género.
Las reformas propuestas atentan contra el principio de progresividad de los derechos, garantizado por el plexo normativo de los tratados de Derechos Humanos con jerarquía constitucional, tirando por la borda el prestigio ganado por Argentina, que ha estado a la vanguardia a nivel mundial en cuanto al respeto de los Derechos Humanos de la diversidad, siendo un faro impulsor y modelo internacional a seguir.
Aprobar estas normas es retroceder décadas. El Gobierno debería aprender del Proyecto Tratarnos Bien, que desde impulsan militantes sociales desde Tierra del Fuego hacia todo el país. Infórmense sobre este proyecto, necesitamos tratarnos bien.
El espíritu de esta normativa es quitarnos la libertad de ser, el derecho de existir, la dignidad de estar en un país que durante décadas afianzó, aún con errores, el derecho de la diversidad.
Cada persona es única y desde esa unicidad aporta a la construcción de puentes para una sociedad plural. Queremos seguir haciéndolo, y lo vamos a hacer.
(*) Presidente de UCR Diversidad y Presidente de Fundación para el Cambio Social.