El miércoles, la legisladora porteña Inés Parry marchó junto al resto de la UCR de la CIudad de Buenos Aires en defensa de la Ley de Financiamiento Universitario. Estuvo presente junto a una gran columna partidaria en la que también se pudo ver al senador nacional y titular del partido, Martín Lousteau; al convencional nacional Federico Recagno; al vicepresidente de la Convención Nacional, Hernán Rossi; al titular de la UCR porteña; Martín Ocampo; y a la diputada porteña Aldana Crucitta, entre muchos otros dirigentes y militantes.

¿A quién le habló la gente con la masiva movilización?
Es un mensaje al Ejecutivo y a todos los legisladores nacionales, no solo a algunos. Necesitamos mayor presupuesto universitario, fundamentalmente para la recomposición salarial de los profesores.
Si queremos generan igualdad de oportunidades y acceso real hay que mantener la universidad no arancelada. Es cierto que lo pagamos entre todos, pero también que la educación es la única herramienta para la movilidad ascendente.

¿La presencia del radicalismo en la marcha se explica principalmente por su historia?
En su oportunidad, allá por 1918, la cuestión universitaria la lideró el radicalismo, y es parte de nuestro ADN. Nuestros cuadros técnicos políticos se forman fundamentalmente en la universidad pública. A diferencia de una privada, es cogobernada: estudiantes, graudados y docentes definen las prioridades administrativas y presupuestarias hacia adentro de la universidad. Cuando dicen que la universidad no tiene control es mentira. El primer control es hacia adentro porque es cogobernada, no la adminisra un solo partido político. Ademas, la Audioría General de la Nación es el control externo principal y prioritario que tienen las universidades.

¿Qué pasará si el Legislativo no logra ratificar la Ley?
Seguramente, quedaremos trabados en un litigio judicial que habrá que ver cómo efectivamente se termina resolviendo. Pero entiendo que vamos a insistir porque ahora se viene la discusión del presupuesto para el año que viene. Ahí también se va a discutir. El problema es que ahora estamos discutiendo el presupuesto que se ejecuta en este momento.

¿Cuánto influye que el Gobierno nacional no tenga presupuesto y haya prorrogado el de 2023?
Esa es una estrategia del Gobierno de la que poco se habla porque eso lo beneficia en su capacidad de discrecionalidad en temrinos de distribucion de partidas presupuestarias a nivel interno. No esta bien que no tenga un preuespuesto y menos que los argentinos no sepamos a dónde van las partidas. Eso da imprevisibilidad y falta de seguridad jurídica. Necesitamos que el Presidente y ahora los ministros, como está pasando en la Ciudad, den las explciaciones de qué gastan, cómo gastan y contribuyan a la transparencia. Así, podríamos saber qué pasó con los planes sociales, cómo se distribuye la plata en términos de salud, como prevén la mitigación del dengue. Son temas presentes en la agenda publica y están ligados al presupuesto.