Casi el 71% de la gente había avalado el Tratado de Paz propuesto por el Presidente. En el estadio de Vélez, una multitud celebró el resultado. Cuatro días después, con la firma del acuerdo, la posibilidad de una guerra era solo un mal recuerdo.

El 25 de noviembre de 1984, el pueblo vuelve a ejercer la democracia para decidir el futuro de la Nación. A casi un año de la asunción de Raúl Alfonsín como presidente, los ciudadanos participan multitudinariamente del primer plebiscito del retorno a la democracia.

Con casi el 71% de participación, la ciudadanía le dio el aval al presidente radical para firmar el Tratado de Paz con Chile que resolvería el conflicto por el Canal del Beagle.

Es de noche y el estadio de Vélez Sarsfield se colma de militancia para el escuchar las palabas de Alfonsín. El radical asoma al escenario y la multitud enloquece. Hace un saludo general, levanta su mano para pedir silencio y comienza su discurso, dándole la bienvenida a todos los presentes.

La Guerra de Malvinas, que había finalizado hacía apenas dos años y medio, era una herida abierta que pegaba fuerte en el país, y Alfonsín quería demostrar que había otra forma posible de resolver los conflictos.

"Es la lucha de todos. Yo cerré una campaña electoral, aquí en la Capital, diciendo que todos, cualquiera fuera nuestra posición, debíamos marchar unidos; que era absolutamente necesario que comprendiéramos la necesidad de unirnos detrás de los grandes comunes denominadores de la Argentina para tener realmente un comportamiento nacional que superara nuestra discusión y que nos permitiera exhibirnos unidos ante las grandes potencias del mundo. Haciendo una figura, decía que los radicales ya estamos en la columna", arranca.

Esta vez no hay referencias a Perón ni a Evita. En los presentes se especula con que no es casualidad y se debe a que el peronismo llamó a una "abstención masiva y militante" respecto del plebiscito propuesto por el presidente.

Alfonsín se toma unos segundos en silencio para cerrar: "Ante América Latina toda el pueblo argentino sepulta esta noche un conflicto de 100 años". La gente aplaude. La alegría se apodera del estadio.

El pueblo ya había hablado y la paz era un hecho.

El 29 de noviembre, apenas 4 días después de la consulta popular, el canciller Dante Caputo y su par chileno, Jaime del Valle, firmaron en el Vaticano el Tratado de Amistad Argentino-Chileno propuesto por el Papa Juan Pablo II, y pusieron fin a la puja eterna de poder sobre el Canal de Beagle.