Elvira Rawson: un faro hacia la igualdad en la Argentina
Dos militantes repasan la historia de la dirigente radical y levantan su bandera en la lucha por una sociedad más justa, con la educación como emblema.
Por Magdalena Iribarne (*) y Rocio González (**)
Elvira Rawson nació en Junín, provincia de Buenos Aires, en una familia peculiar, siendo la única hija mujer y hermana de siete varones. Junto a su familia, se mudó a Mendoza, en donde emprendió su vocación por la docencia, hasta convertirse en una de las primeras maestras de la provincia. Su historia no se quedó en Mendoza, porque ella decidió mudarse a Buenos Aires, más precisamente a lo que era la Capital Federal, donde eligió estudiar Medicina.
Pese a la negación de sus padres, terminó la carrera y se convirtió en la segunda mujer en recibirse de médica en la historia de nuestro país.
Durante la Revolución del Parque, allá por 1890, Elvira y otros médicos crearon un hospital de campaña en el frente de batalla para atender a los heridos. La enorme labor le valió el reconocimiento de Leandro N. Alem.
En el año 1910 participó activamente junto a mujeres referentes de todo el mundo en el Primer
Congreso Internacional de Mujeres. Desde su activismo sentó las bases para los movimientos
por los derechos de las mujeres no solo en Argentina, sino en toda América Latina.
Su vida, su compromiso con la lucha por la igualdad y la educación es un emblema que llevó
hasta su muerte. La frase “No somos tan pocas, ni estamos tan solas…” es para las mujeres que
participamos en el ámbito político un símbolo que nos representa, y lo recordamos en cada
paso que damos.
Si Elvira viviera, nos encontraría transitando una Argentina que duele: en los dos
primeros meses de este año, fueron cometidos 49 femicidios, la pobreza aumentó y hay
3,2 millones de nuevas personas que se encuentran en la marginalidad económica
en este primer trimestre.
En cuanto a la educación, nos encontramos en emergencia, con universidades y hospitales
universitarios frente al peligro de tener que cerrar sus puertas. Elvira también encontraría, en simultáneo, a estudiantes y docentes defendiendo las casas de estudio, porque entienden que la universidad pública es clave para el ascenso social.
Por otro lado, se daría cuenta de que cada vez son más las mujeres que se reciben en la
universidad y que ascienden en sus trabajos, que participan en política siendo un faro para
lograr la igualdad en la Argentina.
La figura de Elvira nos moviliza para seguir militando y compartiendo los valores de la igualdad.
Su lucha y su compromiso se encuentran vivos en un país donde el machismo es parte de
la sociedad y sigue existiendo una brecha entre hombres y mujeres.
Por todos estos motivos, seguimos construyendo un país más justo y equitativo. Compartimos espacios con muchas mujeres que trabajan día a día en cada Comité y en cada ámbito, para mejorar la realidad en la que vivimos. Celebramos que así sea y que cada vez son más las que participan para lograrlo.
(*) Militante del Comité Elvira Rawson, comuna 13
(**) Militante del Comité Crisologo Larralde, comuna 13